12 noviembre 2020
LACROIX
El IoT (Internet of Things o Internet de las Cosas) se impone como una tecnología de futuro con múltiples aplicaciones industriales.
Su papel es sin duda muy importante. El IoT está presente en aplicaciones para el gran público, como los relojes conectados. También tiene usos industriales, ya sea en el sector de la automoción o para ciudades más inteligentes, más eficientes energéticamente y más fluidas.
El IoT es una tecnología en rápido crecimiento con una amplia gama de aplicaciones industriales. En el sector de la automoción, un mercado exigente que nos ha permitido llegar muy lejos en la detección de objetos, el coche -ahora conectado- necesitará aún más sensores y un procesamiento de datos rápido y fiable para ser autónomo en el futuro. Hay muchas otras aplicaciones dentro de la ciudad inteligente o incluso a escala de fábrica, en metrología por ejemplo.
Disponer de sensores y procesamiento de datos a nivel local supone una mayor autonomía, al tiempo que se cumple el RGPD. Además, este tipo de solución en red permite obtener información relevante sin tener necesariamente acceso a las imágenes. A escala de toda la ciudad, las cámaras inteligentes pueden ayudar a gestionar todos los flujos de movilidad, por ejemplo.
Estas soluciones integradas, capaces de procesar incluso datos complejos sin recurrir a la nube, son también una respuesta acorde con las preocupaciones actuales en materia de ciberseguridad. De lo que se trata es de que la electrónica y el software trabajen juntos.
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